lunes, 2 de junio de 2014

El centro y el ABP. Un análisis de las debilidades y fortalezas


Una de las dificultades que nos encontramos a la hora de llevar acabo del aprendizaje basado en proyectos es la cultura pedagógica de nuestros centros, los temores al cambio y la falta de un liderazgo pedagógico. Hasta ahora, en mi experiencia , este tipo de actividades se realizan por parte de una minoría de personas inquietas, con más ganas que conocimientos y con la permisividad de un equipo directivo que no sabe muy bien hacia dónde dirige su barco. Pero lo cierto es que hay ganas. Será que soy una pesimista mal informada pero creo que hay una parte del profesorado que quiere cambiar su práctica docente y por ahí debemos empezar. Mi compañero y yo solemos utilizar la palabra seducción. Somos unos seductores pedagógicos que vamos convenciendo a otros compañeros para que se suban al carro de los proyectos que tenemos en mente. Hemos enredado a las madres del AMPA, convencido a otros miembros de la comunidad y, al final, el resultado ha sido positivo. Con este MOOC estoy aprendiendo dónde hemos fallado, qué le faltaba a nuestros proyectos y una sistematización clara para que esta metodología no quede en algo aislado. No obstante, creo que hay semillas del ABP en mi centro que esperan algo de luz y esperanza para germinar.
En cuanto los aspectos de mi proyecto  mejorables dentro de esta concepción del ABP en el centro son:
- Una implicación e invitación al proyecto a la Comisión de Coordinación Pedagógica. Inoculemos el virus del ABP en lo que debe ser el corazón de las decisiones de un centro. Evidentemente, esto implica la colaboración clara del equipo directivo en esta aventura.
- Colaboración clara de las áreas implicadas, no de manera puntual sino desde el mismo momento del diseño. 
- Comunicación con otros centros que se puedan sumar a esta iniciativa y colaboración con ellos.
- Formación del profesorado. El proyecto puede ser una excelente oportunidad para practicar el ABP: aprendiendo haciendo.¿Por qué no aprendemos de otros?
- Priorizar. Evitemos la ansiedad ante los contenidos. Decidamos qué es importante que aprendan los alumnos y alumnas, entre todos.
- Mejorar los canales de comunicación dentro del centro y hacia fuera del centro. 
- Implicar a otras administraciones e instituciones. 
En definitiva, consideremos el proyecto ¿Sigue existiendo la épica o es cosa de otra época? como una posibilidad para vencer a los dragones del inmovilismo y convertirnos en héroes y heroínas del cambio pedagógico.

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